‘Frequency’ es la dinámica de siempre: creación y destrucción. Renacer de las cenizas cual Ave Fénix.
El multidisciplinar artista manacorí Miquel Mesquida vuelve a ABA ART LAB dando vida al Project Room Nº 25 con motivo de la Noche del Arte. Una instalación escultórica y una serie de obras pictóricas en papel, a base de collages, dan lugar a la exposición «Frequency».
La exposición se inaugura este jueves, 16 de septiembre, y estará abierta hasta el 10 de diciembre en la Plaza Porta de Santa Catalina, 21 b de Palma, de lunes a viernes y en horario de de 10 a 18 horas.
Miquel Mesquida (Manacor, 1954) inició su trayectoria artística en 1979 con numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel nacional como internacional. Además de importantes obras en colecciones públicas así como múltiples premios y galardones que son testigo de su importante actividad artística, como por ejemplo:
- Seleccionado en el XII Premio de Pintura Honda 2010 en la Garriga (Barcelona)
- Seleccionado en el XVII Premio Ciudad de Manacor de Artes Plásticas 2010
Como resultado de un proceso creativo desarrollado desde finales del año 2019, Mesquida ofrece una interpretación personal de la perfección expresada mediante un estudio sobre el círculo; reflexiones pasmadas a raíz de un intensivo periodo de observación, de análisis de su universo personal, en esta persecución de la perfección, intangible pero constantemente anhelada y valorada.
Según manifiesta el propio Miquel Mesquida: «La búsqueda utópica de la perfección es el origen de ‘Frequency’. Como ser humano y también como artista soy consciente de que esta ‘perfección» es inalcanzable, asún así, se persigue … este es, precisamente, el sueño.
Hay una constante que se mantiene durante todo el proceso y se refleja en las obras, sean pictóricas o escultóricas: el círculo, que es el hilo conductor y gran protagonista que unifica todo el proceso creativo.
El círculo representa la perfección. La perfecta equidistancia entre dos puntos. Históricamente las culturas, las religiones o los movimientos espirituales en la búsqueda del conocimiento han compartido este elemento como símbolo sagrado. El círculo es el camino a seguir para ligar la espiritualidad individual a esta conciencia superior universal, que es en sí el más puro y perfecto.
En este momento que nos ha tocado vivir a todos, en esta pandemia no elegida, más bien impuesta por los mismos ciclos de la madre naturaleza, he aprendido a enfrentarme a lo cotidiano en el trabajo, en el estudio, desde la óptica atemporal. A un recogimiento ‘casi’ monacal y a los silencios meditativos en dónde se descubren las verdaderas imperfecciones.
La obra es el reflejo de este mundo imperfecto y distorsionado en el que vivimos. Tiempos fraccionados, desconocidos, en donde somos conscientes de la falta de capacidad para adaptarnos a las nuevas situaciones.
‘Frequency’ es la dinámica de siempre: creación y destrucción. Renacer de las cenizas cual Ave Fénix, edificar a base del aprendizaje muchas veces doloroso, por no decir siempre».