Una alta presión arterial puede ocasionar enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares, por lo que es muy importante poder controlarla.

Para conseguirlo, se pueden seguir los siguientes consejos:

Reducir el azúcar y los carbohidratos refinados. Es mejor sustituirlos por otros edulcorantes de tipo natural como la miel, la estevia o la canela.

Realizar actividad física de forma regular. Practicar algún deporte o simplemente andar durante media hora al día, reduce la presión arterial, y cuanto más ejercicio, más se fortalece el corazón y se disminuye la presión sobre las arterias.

Comer más frutas, verduras y alimentos en general que contengan potasio. Los frutos rojos son también excelentes para ayudarte en ese proceso.

Reducir la cafeína y el consumo de alcohol. Es cierto que un vaso de vino diario puede ser hasta aconsejable, pero el exceso siempre es contraproducente.

Dejar de fumar.

Reducir el consumo de sal. Una buena opción es sustituirla por especias. Aunque no se ha demostrado cuánto influye el exceso de sodio en la presión, sí se sabe que una menor ingesta siempre es más saludable.

Adelgazar. El sobrepeso aumenta la presión, ya que la grasa dificulta que el corazón bombee correctamente la sangre.

Relajarse y evitar el estrés. Lee, practica yoga, descansa suficiente, medita. Todas estas actividades activan el sistema nervioso parasimpático y disminuyen la frecuencia cardíaca.

Si, sin embargo, después de adoptar todos estos hábitos saludables, la presión arterial no mejora, es mejor que acudas a un profesional de la salud para que evalúe tu caso y te aplique el tratamiento y la dieta más adecuada según tus necesidades.

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