Digital Manacor informaba el pasado 19 de diciembre que el Ayuntamiento cerraba por sorpresa la calle Joan Lliteras.
A las 14:05 horas del domingo, día 18, el equipo de gobierno de MÉS-ERC, PSOE y PODEMOS anunciaba por sorpresa y mediante un mensaje en la cuenta oficial del Ayuntamiento de Manacor en Facebook que a partir del lunes cerraba el acceso a la calle Joan Lliteras, conocida popularmente como «carrer de Ciutat».
Este digital tuvo conocimiento a principios de esta semana de la preocupación de vecinos y algunos comerciantes por que se mantenía el cierre de la calle, los primeros por las molestias que les ocasiona y los segundos además por la disminución en las ventas.
Una preocupación normal por que la falta de información, la opacidad y la intransigencia con las que actúa este equipo de gobierno de MÉS-ERC, PSOE y PODEMOS -que además tienen la desfachatez de presumir de todo lo contario: transparencia, información y diálogo- les hacía temer que la calle no se reabriría hasta la instalación de las famosas cámaras que multarán a quienes no tengan acceso a la zona ZPR.
¿Improvisación y/o cálculo electoral?
Ayer por la mañana, y sin previo aviso, el alcalde al que le molesta que le digan que actúa a salto de mata ordenó la reapertura de la calle Joan Lliteras en lo que parece ser un nuevo, y claro, ejemplo de improvisación.
También podría tratarse de un mero cálculo electoral, similar al que anteayer denunciaba VOX en una nota de prensa, de no poner en marcha el sistema de multas por cámara hasta después de las elecciones de mayo.
O quizás podría ser una suma de ambas cosas, improvisación y cálculo electoral.
Inseguridad e incerteza
Sea como sea lo que está meridianamente claro es que el día menos pensado al alcalde, Miquel Oliver, o a su mano derecha, el teniente de alcalde Sebastià Llodrà, se les puede volver a ocurrir cerrar otra vez la calle Joan Lliteras de un día para otro.
No hay que olvidar que ya en diciembre del 2020 el alcalde cerró el acceso a esta misma calle y en Marzo del 2021 la volvió a abrir con la excusa de poner en marcha la ZPR.
Sin duda este tipo de actuaciones crea inseguridad e incerteza tanto entre los comerciantes y los vecinos, como en los transportistas y los conductores que tengan que circular por dicha calle al tener la pertinente autorización.
Si algo piden los ciudadanos a los políticos que dirigen las instituciones, y no hay que olvidar que el Ayuntamiento es la institución más cercana a los ciudadanos, es que al menos no creen más problemas de los que ya existen.