• Científicos y profesionales firma una Declaración en contra del alarmismo sobre el calentamiento global causado por el hombre

Más de 1.600 científicos y profesionales, entre los que destacan dos premios Nobel, ya han firmado la Declaración Climática Mundial, que, bajo el título “No hay emergencia climática“, pone en cuestión buena parte de los postulados del ecologismo dominante, consistente en augurar terribles catástrofes naturales derivadas del calentamiento global que causa el hombre por las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Los premios Nobel John F. Clauser e Ivar Giaever

Entre los firmantes figura el físico estadounidense Ivar Giaever, Nobel de Física en 1973. Y ahora también se ha sumado John F. Clauser, premiado con el Nobel en 2022 por sus investigaciones sobre mecánica cuántica. Clauser afirma sin tapujos que no existe una verdadera crisis climática“. Sin embargo, “la narrativa popular sobre el cambio climático refleja una peligrosa corrupción de la ciencia que amenaza la economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas“.

Uno de los firmantes es el geólogo mallorquín Luis Pomar, Profesor Emérito de la Universidad de las Islas Baleares (UIB). Pomar ha sido el primer español en obtener la medalla Sorby de la Asociación Internacional de Sedimentología (IAS por sus siglas en inglés), una de las distinciones más altas en esta materia a nivel mundial.

La declaración, promovida por la fundación Climate Intelligence (CLINTEL), dice textualmente lo siguiente:

La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. En particular, los científicos deberían enfatizar que los resultados de sus modelos no son el resultado de la magia: los modelos computacionales son hechos por humanos. Lo que resulte depende totalmente de lo que los teóricos y programadores hayan aportado: hipótesis, suposiciones, relaciones, parametrizaciones, limitaciones de estabilidad, etc. Desafortunadamente, en la ciencia climática dominante la mayor parte de estos aportes no se declaran.

Creer en el resultado de un modelo climático es creer en lo que sus creadores han incluido. Éste es precisamente el problema del debate climático actual en el que los modelos climáticos son centrales. La ciencia del clima ha degenerado en una discusión basada en creencias, no en una ciencia autocrítica sólida. Deberíamos liberarnos de la creencia ingenua en modelos climáticos inmaduros. En el futuro, la investigación climática deberá dar mucho más énfasis a la ciencia empírica.

No hay emergencia climática

Una red global de más de 1.609 científicos y profesionales ha preparado este mensaje urgente. La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. Los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costos reales, así como los beneficios imaginarios de sus medidas políticas.

Factores naturales y antropogénicos causan el calentamiento

El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento.

El calentamiento es mucho más lento de lo previsto

El mundo se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del forzamiento antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático.

La política climática se basa en modelos inadecuados

Los modelos climáticos tienen muchas deficiencias y no son ni remotamente plausibles como herramientas de política global. Destruyen el efecto de los gases de efecto invernadero como el CO 2 . Además, ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO 2 es beneficioso.

El CO 2 es alimento vegetal, la base de toda la vida en la Tierra.

El CO 2 no es un contaminante. Es esencial para toda la vida en la Tierra. La fotosíntesis es una bendición. Más CO 2 es beneficioso para la naturaleza y hace más verde la Tierra: más CO 2 en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo.

El calentamiento global no ha aumentado los desastres naturales

No hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO 2 son tan dañinas como costosas.

La política climática debe respetar las realidades científicas y económicas

No hay ninguna emergencia climática. Por lo tanto, no hay motivo de pánico ni alarma. Nos oponemos firmemente a la política dañina y poco realista de cero emisiones netas de CO 2 propuesta para 2050. Si surgen mejores enfoques, y ciertamente surgirán, tenemos tiempo suficiente para reflexionar y readaptarnos. El objetivo de la política global debería ser la “prosperidad para todos” proporcionando energía fiable y asequible en todo momento. En una sociedad próspera, los hombres y las mujeres tienen una buena educación, las tasas de natalidad son bajas y la gente se preocupa por su medio ambiente.

Epílogo

La Declaración Mundial sobre el Clima (WCD) ha reunido a una gran variedad de científicos competentes de todo el mundo*. El considerable conocimiento y experiencia de este grupo es indispensable para alcanzar una visión equilibrada, desapasionada y competente del cambio climático.

A partir de ahora el grupo funcionará como “Grupo Global de Inteligencia Climática”. El Grupo CLINTEL brindará asesoramiento solicitado y no solicitado sobre cambio climático y transición energética a gobiernos y empresas de todo el mundo.

No es el número de expertos sino la calidad de los argumentos lo que cuenta

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