El acto que supuestamente era para conmemorar el 50 aniversario de la mal llamada “Escola Municipal de Mallorquí” del Ayuntamiento de Manacor se acabó tranformando, como era de preveer, en un acto de exaltación del catalán y del separatismo.

En el Auditorio de Manacor estuvieron presentes unas 800 personas y, como no podía ser de otra manera en cualquier aquellarre catalanista y separatista que se precie como tal, no podía faltar un mosaico formando la “senyera”:

Tampoco podía faltar el discurso del alcalde radical y separatista de Manacor por Més-ERC, Miquel Oliver, arengando a los presentes.

El discurso del alcalde radical y separatista de Manacor

Un discurso en el que entre otras cosas, el alcalde separatista afirmó que Manacor es la capital cultural de los fantasmagóricos e inexistentes “Països Catalans“. Discurso que Digital Manacor transcribe, integra y literalmente, a continuación debidamente traducido al español:

Buenas noches a todas y todos. Qué gozo ver este Auditorio lleno a rebosar, qué gozo que hayais venido.

Si pensamos que una lengua es como una constelación, en la que todos sus hablantes somos estrellas sueltas que formamos un dibujo imaginario que se puede observar desde cualquier rincón, lo más importante de esta idea es que todos juntos SOMOS.

De hecho, si repasamos la historia sabremos que si SOMOS es porque somos tozudos, cabezudos, insistentes: y, sobre todo, porque queremos ser. Yo hablo en catalán, pienso en catalán, sueño en catalán y, de momento, trabajo en catalán. Pero ¿sabéis qué? Que esto no me basta. Yo quiero ir al médico en catalán, quiero ir al cine en catalán, quiero ir a cualquier administración y que me atiendan (y me entiendan) en catalán. Quiero poder vivir plenamente en catalán y que mis hijos también puedan hacerlo. Quiero que dejen de ser ciudadanos de segunda para expresarse en su lengua cuando vayamos a Urgencias, que puedan ver la última película de sus dibujos preferidos en el mismo idioma que hablan, que por las redes sociales encuentren contenidos que no sean sólo en castellano, que el derecho a estudiar en catalán no varíe en función de las ideas de bombero (y ya me disculparán los Bomberos) de los gobernantes de turno.

¿Sabéis qué? A mí me enorgullece ser uno de los 13 millones de hablantes de una lengua viva que se transmite generación tras generación de una forma normal, que tiene una tradición literaria y una cultura ricas y activas, que es la novena lengua más hablada en la Unión Europa y la octava lengua en Internet. Porque, ¿sabéis qué? Hablamos una lengua importante. Porque quieren hacernos creer que el catalán no sirve para nada, que sólo es útil para hablarlo dentro de nuestra casa, que es un castigo. ¿Y sabéis qué es un castigo? Un castigo es tener que aguantar el desprecio de quien debería mirar por la gente a la que gobierna. Un castigo es tener que asistir a faltas de respeto y recortes de derechos sistemáticos contra la lengua propia de esta tierra, su cultura y sus hablantes.

Dice Alcover Moll que una animalada es una hecho o dicho grosero, impropio de racionales. Hoy no quiero ni dedicar un minuto de esta fiesta que hacemos hoy a nombrar ninguna de las animaladas que se planean desde las máximas instituciones de estas Islas, contraviniendo incluso las leyes y el Estatuto de las Islas Baleares. Pero si que os diré que si digo animalada, si digo barbaridad, si digo tontería, si digo atrocidad, si digo disparate, bestieza, simpleza, insensatez o tontería, me entenderán de Salses a Guardamar y de Fraga al Alguer.

Porque yo soy del mismo pueblo que los libreros y libreras de Menorca. Soy del mismo pueblo que escribe Valencia con acento abierto. Soy del mismo pueblo que no pone en duda la autoridad de la Academia Valenciana de la Llengua. Soy del mismo pueblo que todos aquellos docentes que se dirigen en catalán a las familias recién llegadas y les enseña qué significa lengua de integración. Soy del mismo pueblo que Sara Martín, manacorina nacida en Madrid, y que Paulina Zapata, manacorina nacida en Colombia. Ambas llevan menos de un año viviendo en Manacor y hablan un catalán fa-bu-loso. Son alumnos de la Escuela Municipal de Mallorquín y cada día dan ejemplo allá donde van.

No somos ingenuos y sabemos que el catalán pierde presencia en la calle y que el objetivo es que dé pasos atrás también en la protección legal. Pero por suerte, tenemos pequeñas anomalías como la Escola Municipal de Mallorquí, que cada día desde hace 50 años trabaja para conseguir que el catalán sea lengua común, de cohesión social, de todas las personas que viven en Manacor. Pasito a pasito, sin parar, trabajo de hormiguita. ¿Y sabeis cuál es su secreto? Plues que la Escuela Municipal de Mallorquín ha tenido un capital humano excepcional que, desde el primer momento ha sabido captar las necesidades de cada momento y ha sabido avanzar y crecer adaptándose a cada nueva situación para mejorar el uso del catalán. No nos hemos quedado en los cursos de catalán para superar una oposición, no. Hemos ido más allá. Catalán para personas recién llegadas, talleres de rap para niños, talleres de teatro para personas recién llegadas para perder la vergüenza de hablar en catalán en público, ball de bot, bailes populares, instrumentos tradicionales, Cossiers, Mulassa, talleres de cultura popular para escuelas e institutos. Desde ese primer momento en la clandestinidad iniciado por el profesor Biel Barceló hasta llegar a la Escuela que hoy dirige con trabajo, trabajo y más trabajo Margalida Rosselló. Sin dejarme ninguna de las personas que han formado parte de ella y que hoy es imposible nombrar una por una: profesoras y profesores, alumnos, miembros del pleno, amigas y amigos. Os doy un gracias inmenso. Gracias por amar lo más preciado que tenemos: la lengua que configura nuestro universo particular, el idioma que nos hace entender el mundo a nuestro modo, la cultura que queremos compartir con las personas que han venido a vivir en este pedacito de mundo . Porque las lenguas no alejan, sino que sirven para comunicar y entenderse. Que aquí no hay bandos ni separaciones ni segregaciones: aquí hay una firme voluntad de compartir lo que más amamos con todas las personas que acogemos en nuestra casa. Por eso os pido que tengamos paciencia, que no cambiemos de lengua en función de si la persona que tenemos delante nos parece recién llegada, que nos creamos de una vez que podemos hablar en catalán con todo el mundo y que, esto, al final, es un acto de generosidad y respeto, y no lo contrario.

Ya sabéis que en Manacor nos gusta decir que somos la capital de la cultura de los Països Catalans, y nos gusta decirlo porque lo intentamos practicar todos los días, ya sea desde el Teatro, desde el Museo de Historia, desde la Institución Pública Antoni Maria Alcover, desde el Conservatorio Municipal de Música, o desde la Escola Municipal de Mallorquí. Por eso, es aún más importante que reivindiquemos estos 50 años, porque son los primeros de todo lo que debe venir y debemos construir. Y podeis estar bien seguras y seguros que será mucho, y que será grande. La Escola de Mallorquí es el latido de un pueblo. ¡Gracias por formar parte de este corazón que no se detiene de latir! ¡Muchos años y por 50 más!

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