El sábado 28 de octubre, convocados en la Institución Pública Antoni M. Alcover de Manacor, se encontraron dos de los activistas que más revolucionan Twitter hablando de la lengua catalana: el manacorí Rafel Perelló y el barcelonés Enric Gomà.
Fue en el encuentro “Dos que piulen”, moderado por Jaume Capó (filólogo como Gomà y manacorí como Perelló), que condujo la conversación y la introdujo con el símil del “lucernillo azul”, que en las fábulas (rondalles) ayuda a encontrar el camino cuando los personajes están desorientados.
Ante las embestidas de quienes le quieren reducir cada vez más los espacios públicos, reclamó que Manacor tome ese papel de referente para todas las tierras que comparten esta lengua y que se haga no sólo desde la resistencia sino desde una orgullosa proyección social y cultural.
Rafel Perelló (@rperellob)
Rafel Perelló, documentalista de la cultura popular, hizo hincapié en la necesidad de preservar las palabras y expresiones genuinas que todavía encuentra en boca de las personas mayores que preservan el recuerdo de los trabajos y las herramientas del campesinado y del mar , arrinconadas por la globalización y una vida que nos aleja de la tierra. Un lenguaje rico, diverso, espontáneo y genuino, que él refleja en sus tuits, a menudo acompañados de ilustraciones propias y siempre con toques de pedagogía e ironía.
Más de cien años después de que mosén Alcover emprendiera la obra del Diccionario catalán-valenciano-balear con colaboradores de todas las tierras de habla catalana, recordó la oportunidad que nos ofrecen las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información y comunicación para ampliar lo que esta obra monumental y única no recogió.
Enric Gomà (@EnricGoma)
Enric Gomà, guionista de series televisivas tanto en catalán como en castellano, coordinador del libro “Molt a favor”, con propuestas de “todo lo que podemos hacer por el catalán y, quizás, no sabíamos” y autor de “Prou catastrofismes lingüístics”, se opuso a los discursos apocalípticos sobre la desaparición inminente del catalán y centró la mirada en los retos actuales (sobre todo el uso entre los jóvenes y el audiovisual) y la necesidad de una estrategia, un presupuesto y el apoyo legal, porque no se puede fiar el futuro sólo a las voluntades individuales.
Dijo que no quiere pensar si dentro de trescientos años el catalán existirá sino que las generaciones de hoy debemos esforzarnos por transmitirlo en condiciones a los hijos y a los nietos, para que ellos puedan utilizarlo con plenitud, y confiar en que éstos mantengan la cadena de transmisión.
Siguiendo los hilos de sus tuits en Twitter, repasaron la salud del catalán en Mallorca y en el continente, los posibles remedios para que recobre los espacios de presencia perdidos y la constatación de que es cierto que hay muchas palabras y expresiones que mueren (tantas del mundo de la pesca) pero que también nacen nuevas cada día (“sensellarisme, burquini“).
También hubo un mensaje crítico para los medios de comunicación, sobre todo los orales, de los que reclamaron más rigor y exigencia a los presentadores. Todo para contribuir a una de las máximas recogida en la correspondencia entre Francesc de Borja Moll y Josep Pla: “la lengua debe ser fácil y cómoda, nunca una forma de heroísmo”.