• Activará los avisos a partir de los 33,3 grados en Palma y los 34,8 en el norte y nordeste de Mallorca
  • El Servicio de Epidemiología difundirá los datos a la red sanitaria pública y sociosanitaria para prevenir golpes de calor

El Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública tiene en marcha desde el lunes un nuevo sistema para decretar avisos de alerta por altas temperaturas que contempla diferentes valores para las diversas zonas de Mallorca y del archipiélago. A diferencia de lo que ocurría antes, cuando únicamente se activaba la alerta cuando se alcanzaba una temperatura de 34,4 grados en el aeropuerto de Palma, ahora se han establecido seis zonas en Mallorca y una para Eivissa y Formentera y otra para Menorca. Así, mientras en el norte y nordeste de Mallorca se activará a partir de los 34,8 grados, en Palma se hará desde los 33,3 grados.

Desde el pasado 16 de mayo, está en marcha un sistema de información coordinado a nivel nacional por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias (CCAES) y por el Centro Nacional de Epidemiología para establecer estrategias preventivas ante la previsión de un periodo de altas temperaturas, con el objeto de minimizar los riesgos que supone para la salud la exposición a estos calores extremos.

El sistema implica la recepción de datos de temperaturas y mortalidad asociada a ellas recabados desde diferentes fuentes con el objeto de que, a su vez, el Servicio de Epidemiología los reenvíe por correo electrónico a los diferentes niveles asistenciales de ámbito autonómico, tanto sanitarios como sociosanitarios.

El Ministerio de Sanidad facilita desde el inicio del periodo de vigilancia, iniciado el 16 de mayo, unos umbrales máximos establecidos para cada región del país. Así, para Baleares ha marcado una temperatura máxima de 33,3 grados para el Observatorio de Palma-Aeropuerto; de 33,9 grados para la serra de Tramuntana;  de 34,8 para el norte y nordeste de Mallorca;  de 35,9 para el interior de la isla; de 34,4 para el sur;  y de 34,3 para el levante mallorquín. En Eivissa y Formentera el umbral máximo ha quedado establecido en los 33,1 grados y en Menorca, en los 32,2.

En base a estos umbrales se definirán los excesos de temperatura previstos para el día y las próximas cuatro jornadas, así como los registros reales recogidos la jornada anterior. Este plan estará vigente hasta el 30 de septiembre, aunque se prevé la posibilidad de mantenerlo hasta el 15 de octubre, en caso de que persistan las altas temperaturas.

Salud Pública se congratula de esta nueva zonificación, que permitirá adoptar medidas de vigilancia y de riesgo específicas para cada zona de esta comunidad autónoma, previniendo los riesgos para la población que conlleva la exposición a altas temperaturas.

Las temperaturas umbrales de impacto en la salud por altas temperaturas se han calculado mediante el análisis de la asociación entre series temporales de mortalidad y temperatura a nivel provincial.

Durante el año pasado se comunicaron 25 posibles casos de golpe de calor de los que, finalmente, solo se confirmaron tres: dos en Mallorca y uno en Formentera. Dos de los afectados tenían cincuenta años de edad y el otro, veintiséis. Uno estaba trabajando en el campo, otro en una cocina y el tercero se encontraba realizando actividad física. Desde el año 2004, en el que se puso en marcha este sistema de vigilancia se han notificado 122 posibles casos, de los se confirmaron 53. De estos últimos, diez acabaron en éxitus.

Fuentes del Servicio de Epidemiología han detallado que, durante el verano pasado, se activaron alertas durante quince días en los meses de julio y agosto. Trece de ellas fueron de nivel 1 (amarillo, bajo riesgo) y dos de nivel 2 (naranja, riesgo medio).

Las personas mayores y los menores son los colectivos más sensibles a estos cambios de temperatura. Los primeros tienen reducida la sensación de calor y, por lo tanto, la capacidad de protegerse, existiendo un paralelismo entre la disminución de la percepción de sed y la percepción del calor, especialmente cuando sufren enfermedades neurodegenerativas. 

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