Es desolador verse obligado a defender que se respete el Amor frente a la ofensa gratuita, innecesaria y soez. La mente perversa que ideó aprovechar la inocencia de millones de personas que asistían con entusiasmo a la gala inaugural de los Juegos Olímpicos, el mayor acontecimiento deportivo del planeta, debe sonreír de satisfacción en su putrefacción.
Lo logró, faltó al respeto a millones de creyentes, se burló de la Verdad y ridiculizó su propia Salvación. Pequeño vanidoso, engreído en su vacío, ultrajó, con la avenencia de las elites que nos gobiernan, la fe de millones de personas. Estamos acostumbrados a tener que huir de espectáculos masivos, utilizados hábil y malvadamente para adoctrinar las ideologías contemporáneas.
La afrenta innecesaria protagonizó una gala inaugural que pretendía ser la mejor, y acabó en fracaso.

En esta ocasión tuvo que ser París, la ciudad conocida como la del amor y de las luces, la que protagonizara la última afrenta. Se repitió la historia. En el centro de la diana volvía a estar el mismo rostro, la misma mirada, la misma Persona.
La simbología empleada no predice nada nuevo ni nada bueno. Sabe más por viejo que por sabio. El odio, la muerte, la sátira, se adornan y muestran sin rubor. No existe disimulo, ni deja lugar a la duda. Se muestra tal y como es: soez, vulgar, estridente, indecoroso, ridículo.

La ofensa fue el nuevo deporte olímpico escogido para inaugurar este París 2024. Del Barón de Coubertain y sus ideales solo quedan los aros, que, por cierto, y metafóricamente, acabaron por izarlos al revés. Por suerte, una gran parte de la humanidad no estamos dispuestos a pasar por el que pretenden meternos.
Sobre el autor
Fernando Gilet es licenciado en derecho y una persona muy ligada al deporte de las Islas Baleares.
Exjugador y entrenador de fútbol, Gilet ha paseado sus conocimientos por los banquillos dirigiendo a clubes de tanto peso como La Salle. También ha mantenido lazos con la Federació de Futbol de las Islas Baleares (FFIB), como asesor y vocal del Comité de Entrenadores, como vocal de la Mutua de Futbolistas o, ya a pie de campo, ejerciendo como seleccionador balear en categoría juvenil.
También ha sido concejal de cultura y deportes en el Ayuntamiento de Palma (2011/2015) así como presidente de la Federación Balear de Ciclismo (2017/2023).