- Los manacorins tendrán que pagar 228.000 euros a la empresa que la tenía que construir, como indemmización por esta decisión del alcalde
El departamento de publicidad y propaganda del Ayuntamiento de Manacor, dirigido por Mercè Pinya (cargo puesto a dedo por el alcalde radical Miquel Oliver), ha remitido hoy una nota de prensa a los medios de comunicación afines, que para no perder la costumbre «democrática» que caracteriza al alcalde y los suyos, no ha enviado a Digital Manacor.
En la nota de prensa se dice que «El Ayuntamiento de Manacor deberá rescindir el contrato de construcción de la planta potabilizadora que debía abastecer de agua potable a la ciudad de Manacor y deberá indemnizar a la empresa adjudicataria con un 6% del valor de adjudicación«.
Afirman que «La decisión está obligada ante la imposibilidad de llevar a cabo la inversión ante los condicionantes que ha recibido la administración municipal por parte de la Dirección General de Recursos Hídricos del Gobierno de las Islas Baleares, que harían imposible hacer efectivo el funcionamiento de esta infraestructura«.
Y añaden que «Así lo han explicado este viernes el alcalde de Manacor, Miquel Oliver, y el presidente de la empresa pública municipal SAM, Sebastià Llodrà, acompañados del gerente de la SAM, Francesc Grimalt, ante los medios de comunicación«.
Cabe recordar que el alcalde Oliver afirmaba a finales de 2021, es decir, hace más de 3 años, que «en el año 2022 habrá un número importante de ciudadanos que tendrán agua de calidad en sus casas y se pondrá en marcha la gran potabilizadora».
A finales de 2022, el alcalde separatista y los suyos alargaban el plazo. Afirmaban entonces que «entrará en funcionamiento en el 2024 y será capaz de producir un máximo de 10.000 metros cúbicos diarios de agua potable» y añadían que costaría unos 3.800.000 euros.
Por tanto si ahora el alcalde nos dice que indemnizará a la empresa adjudicataria con un 6% del valor de adjudicación, estaríamos hablando de que «la broma» nos costará a todos los habitantes de Manacor la friolera de unos 228.000 euros. Y decimos que «nos costará» por que dudamos, muy mucho, que Miquel Oliver lo vaya a pagar de su bolsillo y con su dinero.