• Gran dispositivo de rescate organizado en la cueva compuesto por Emergencias, Bomberos de Mallorca, Protección Civil, Policía Nacional, personal sanitario y miembros de la Federación Balear de Espeleología.
  • El desaparecido en la cueva submarina se había refugiado en una burbuja de aire cuando se extravió en la gruta debido a la gran cantidad de los sedimentos removidos.

La Guardia Civil se movilizó en la tarde de ayer para dirigir un dispositivo de rescate en la cueva submarina Sa Gleda perteneciente al término de Manacor.

Tras aviso de la Central de Emergencias en el que informaba que un espeleobuceador no había salido de la cueva cuando iba en compañía de otro experto más, un equipo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), de la Guardia Civil de Baleares se desplazó al lugar para dirigir las labores de rescate.

Al mismo tiempo se movilizaban 2 equipos más compuestos por 7 agentes en total, especialistas en rescates en cuevas subacuáticas, pertenecientes a la Unidad de Actividades Subacuáticas (UAS), con base en Valdemoro, Madrid. El primer equipo llegaría sobre la medianoche a Mallorca a bordo de un avión de la Guardia Civil.

En el lugar había un gran dispositivo de rescate compuesto por Emergencias, Bomberos de Mallorca, Protección Civil, Policía Nacional, personal sanitario y miembros de la Federación Balear de Espeleología.

Ya en la cueva, los GEAS de Mallorca junto con el compañero del desaparecido que sí habían logrado salir de la cueva y expertos de la Federación Balear de Espeleología, estudiaron la topografía de la cavidad para diseñar el plan de actuación. Informando los conocedores de la cueva, que era posible que a unos 1500 metros en el interior de la gruta, donde se perdió el espeleobuceador había una sala con aire, siendo posible que esta persona se hubiera refugiado en ella ante la eventualidad que hubiera sufrido.

Decidieron que dos expertos de la Federación hicieran una primera inmersión para llegar hasta la burbuja y comprobar este extremo. Inmersión que comenzaron a las 20:25 h., y salieron del agua a las 22:40 h., acompañados del rescatado.

Contó que en la parte del interior de la cueva donde perdió al compañero mientras realizaba la actividad, había gran cantidad de sedimento que hacía imposible la orientación en la cavidad, y al no conocer la zona decidió dirigirse a la burbuja y esperar el rescate, pues no estaba seguro de salir de la cueva con la cantidad de aire que le quedaba en las botellas.

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