El Ayuntamiento de Manacor ha informado en una nota de prensa que, continuando con su boicot informativo a Digital Manacor no hemos recibido, «a partir del próximo lunes 9 de diciembre, las cámaras de videovigilancia instaladas en la Zona de Prioridad para Residentes (ZPR) del centro de la ciudad empezarán a estar plenamente operativas para garantizar el cumplimiento de la ordenanza municipal que regula este espacio«.
Es decir, traduciendo y sin dar tantas vueltas y rodeos como hace el Gabinete de Prensa y Propaganda del Ayuntamiento de Manacor dirigido por Mercé Pinya (puesta a dedo por el alcalde Miquel Oliver y que el año pasado cobraba una retribución bruta anual de 39.019,12 €). a partir del lunes se comenzará a multar a todos aquellos vehículos que entren en la zona ZPR por las calles en dónde hay instaladas cámaras de videovigilancia.
El acceso con vehículo sólo está permitido, previa autorización, para residentes, personas con garaje en la zona, servicios públicos, vehículos comerciales y casos excepcionales previstos en la ordenanza.
La normativa municipal creada por el alcalde Oliver y su equipo de gobierno prevé sanciones de 100 euros por acceder sin autorización a la ZPR, que pueden convertirse en 200 euros y 500 euros en caso de reincidencia.
Regalo de Navidad del Ayuntamiento al pequeño comercio de Manacor
Ahora, como regalo de Navidad y casi 4 años después de crear una ZPR que nadie pedía ni quería, el alcalde Miquel Oliver decide ponerla en marcha de forma oficial multando a los vehículos que accedan a la misma. Precisamente en la época del año que más se puede perjudicar al pequeño comercio, ¡durante la campaña de Navidad!.
Todos aquellos habitantes de los pueblos de la comarca que habitualmente vienen a la que pretende ser la capital de la comarca, Manacor, para hacer sus compras en estas fiestas y reciban posteriormente una «felicitación de Navidad» en forma de multa, seguramente quedarán muy satisfechos y desearán volver a comprar en nuestro pequeño comercio en el futuro, ¿no?.
Historia del nacimiento de un engendro llamado ZPR
El 2 de marzo de 2021, y sin ningún tipo de consulta previa con los ciudadanos y comerciantes directamente afectados, asociaciones de vecinos, asociaciones de comerciantes, partidos políticos de la oposición u otros colectivos, el Alcalde Miguel Oliver y su lugarteniente Sebastián Llodrá, anunciaban en una rueda de prensa la ZPR.
La ZPR, abreviatura de Zona de Prioridad para Residentes, se pondría en marcha menos de 2 semanas después, y más concretamente el 15 de marzo y restringiría el acceso a 67 calles de la ciudad a los no residentes.
A pesar de que el 80% de los ciudadanos de Manacor estában en contra de la ZPR y de que Plataforma por Manacor recogió 2.351 firmas contra la ZPR el alcalde Oliver decidió seguir adelante.
Mientras tanto, el concejal Sebastià Llodrà ponía a ETA como ejemplo para seguir adelante con la ZPR en Manacor y el 27 de abril de 2022, habiendo transcurrido 14 meses desde que lo habían anunciado, el Ayuntamiento habilitaba aparcamientos de alta rotación.
El 18 diciembre de 2022, en domingo y demostrando que continuaba pegando palos de ciego en su política de movilidad, el Ayuntamiento cerraba por sorpresa la calle Joan Lliteras.
Transcurría poco más de un mes y el Ayuntamiento reculaba y reabría la calle Joan Lliteras. Obviamente el alcalde ignoró al 80% de los vecinos así como las 2.351 firmas contra la ZPR pero, sin embargo, si escucho a los que molestó el cierre de la calle en dónde está situada la sede «no oficiosa» del alcalde radical y separatista. ¡Para eso si fue raudo y veloz!,
Asimismo cabe recordar que Sebastià Llodrà, el autor intelectual de este engendro llamado ZPR, anunció el 11 de agosto de 2021 que el siguiente lugar en dónde se implantaría sería en Porto Cristo, pero nunca más se volvió a saber del asunto. Cabe suponer que ello es debido a que ahora que los que parecen ser los dueños de Porto Cristo (AIPC) son además sus «socios» en el equipo de gobierno Llodrà ya se ha olvidado del tema. Pero amables lectores de Digital Manacor, no sean malpensados, seguramente será una más de tantas «casualidades», ¿no?.